Un espacio para estar a solas
donde no se escuche mas que las olas
que llenen esos silencios de calma
mientras se desnudan las almas
mas que hacerme daño
es la lejanía de los años
de tu piel y tus labios
de tu letargo y tus arranques sabios
No es el viento que amarga la carne viva
pero tu que de tu tacto me privas
acechas matando la agonía
mientras alargas el día
Acostumbrado a entrar y salir
como si estuvieras en tu propio jardín
me privas de tu elocuencia
y yo aquí al borde de la demencia
Te he visto rítmico sobre mis sueños
donde sin conocerte eres ensueño
sin leerte ya eres salvación
sin haber infringido alguna pasión
Que el tiempo siga derramando ilusión
para que al extrañarte sienta la presión
de tus manos en las mías
como si fuera la mas dulce de las epifanías.
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