viernes, 22 de enero de 2016

Dejavu XXIII

Me acosté a su lado y deje que mi nariz navegara en su perfume, lo miré y me concentré en sus labios, tan bonitos... Sentía ganas de abalanzarme contra el y besarlo hasta haberme saciado, pero prefería morir en mis ganas que perderlo, además el me había dejado en claro que solo eramos amigos y siempre lo ibamos a ser.

Estaba quedandome dormida y sentí un beso en la frente que me hizo dormir con mas tranquilidad.

Me dieron los rayos del sol en la cara y estiré mi brazo buscando a Leo en mi cama, no estaba... Me levanté de golpe buscandolo en todo el departamento, pero se había ido.

Me puse las sandalias, la bata y salí del edificio a buscarlo, toqué su timbre y nadie respondía, nadie salía...

Subí a mi departamento y busqué mi teléfono, lo llamé y no contestaba... "Deje su mensaje en la casilla de voz", le escribí al whatsapp y no me constestó... Desapareció.

Bastante confundida me duché y tome desayuno, pensé en esperarlo en el dpto pero tenía que estudiar asi que me puse unas zapatillas, jeans y un polo verde, tome la mochila, los lentes mis llaves y bajé a la cochera a buscar el carro.

Mientras iba camino a la Universidad repasaba una y otra y otra vez lo que había pasado anoche, su abrazo, su olor, sus labios...

Me quedé divagando hasta que tocaron el cláxon porque no avanzaba.

Llegué a la universidad, fuí por unos cigarros y una coca cola y me senté en una banca a leer mientras llegaba la hora de entrar a clases.

No podía sacarme a Leo de la cabeza, constantemente miraba el whatsapp, miraba su foto de perfil, lo llamaba y nada...

Que es lo que pasó no lo entiendo... A veces pensaba en irme del país, detestaba que las personas entraran y salieran de mi vida de la nada, salvo que yo los sacara por a o b motivos.

El simplemente es fugaz, no lo entiendo.

Entré a clase me senté sola y no entendí ni un carajo de la clase, a donde sea que miraba era Leo martirizando mi existencia.

Acabó la clase y no quise esperar a nadie, tiré mis cosas en el asiento trasero y salí lo mas rápido posible, iría a buscarlo a su casa y buscaría respuestas a como de lugar. El me debe una respuesta con respecto a los sueños y ahora porque se iba sin decirme nada! Como había entrado? Porque la puerta estaba abierta? Y el principe negro? Con que pijama estaba ayer? Me había sacado el maquillaje? Me vería despeinada,y si por eso se fue?, y si dije algo durmiendo? ... que horror....

sábado, 16 de enero de 2016

Dejavu XXII

No sé cuanto tiempo estuvimos abrazados, solo se que nunca antes había sentido esto, era una sensación entre calma, protección, amor, sinceridad... era todo lo bueno que conocía en un abrazo.

Me secó la lágrima que paseaba por mi rostro y me apretó mas fuerte contra su pecho, de pronto se había ido todo lo que pasé cuando el no estuvo ahí.

Cuando recobre mis sentidos y mi "Yo" me alejé de golpe y lo miré seria.

Que pasa Al?
Cómo has entrado?
Cómo que como?
Cómo has entrado Leo...
Estaba abierto
No mientas, jamás dejo la puerta abierta y lo sabes
Si, en serio, estaba abierto
No, no estaba abierto... yo le puse llave antes de dormir.
Entonces en su mirada entendí que era cierto

Me levanté de golpe, prendí la luz y miré todo el departamento buscando algo, no había nada salvo en la puerta, sentí frío en la espalda... en la puerta había un príncipe negro y yo no lo había dejado ahí...

Me acerqué temerosa a levantarlo y como no tenía nada decidí olerlo, olía a hombre, a un perfume que jamás había olido y también olía a cigarro...

me volteé y miré con curiosidad a Leo, esto es tuyo?, le pregunte.
Se paro muy lentamente de la cama y me miró de pies a cabeza tomo el príncipe negro entre sus manos y me miro muy seriamente.

No, Alexandra, no es mío.
Sentí que mi corazón se partió en dos, primero porque hubiese querido que fuese un regalo para mi y segundo que nunca me había hablado con tanta dureza.

La olió y arrugo la nariz, luego me dijo: Ya que no es tuya, ni mía en lo absoluto te parece bien si la boto no?
Lo miré y fruncí el ceño, no entendía su cambio de actitud tan repentino.
Si, quieres botarla, hazlo.

No lo pensó dos veces y la arrojó por la ventana hacia la calle, luego volteó a mirarme y sentí que algo buscaba en mis ojos.

me crucé de brazos y lo miré, que cosa?, le dije
nada Al, es solo que me sorprende que ahora tengas admiradores secretos que ronden por tu casa

Yo no tengo admiradores Leo, se le pudo caer a alguien, la dejaron de casualidad, derrepente es una broma, no losé.

Y como explicas que la puerta este abierta?
Eso tampoco te lo puedo explicar, simplemente no sé, te dije que yo había cerrado la puerta como siempre lo hago. Además si tu has entrado como no te diste cuenta del príncipe? no lo viste? o se te cayó a ti?

Eh.... este... yo... no Alexandra, como se te ocurre? por que debería de traerte un príncipe?

No losé Leo, por que debería de darte explicaciones cuando no las tengo!

Nunca te entendí...

Ya sé Leo, yo tampoco nunca te entiendo.

Me senté en la cama y el hizo lo mismo me miró y me dijo:

Lo lamento, no soy nadie para pedirte explicaciones es solo que me preocupe por ti, sabes que debo cuidarte.

Si, ya me lo dijiste eso Leo y ahora que estás aquí es hora que me digas porque me están pasando estas cosas, porque me tienes que cuidar y porque siento que estoy en peligro.

Me miró, se tumbó en la cama y respiró hondo...



Dejavú XXI

Colgué el teléfono, intenté contener mis lágrimas y respiré profundamente. En ese momento ya ni siquiera me preocupaba lo que me pasaba a mi, me preocupaba Leo, que estaba haciendo, donde estaba, si estaba bien, si pensaba en mi, si realmente me cuidaba como el decía...

Decidí ponerme la pijama, lavarme los dientes, la cara e irme a dormir. Apagué la luz y me acosté... me tapé y miré hacia el cielo por mi ventana, no podía dormir, era Leo el que invadía mi cabeza por completo, se me había olvidado de tenerle miedo a la cama. Miré mi teléfono, no había mensajes ni llamadas perdidas, en whatsapp el aparecía como conectado pero no me hablaba... que está pasando?

Cerré el whatsapp bastante decepcionada y se me corrieron las lágrimas, a veces me bastaba con solo pensar en el para tranquilizarme, pero algo me había invadido y no podía explicarlo. Lloré hasta quedarme dormida.

Ale, Ale, vamos despierta!... Al, vamos preciosa despierta...
Cuando entre abrí los ojos, atine a taparme hasta la nariz, era Leo el que estaba sentado en mi cama bañado de la luz de la calle, el me estaba despertando.

Es un sueño cierto?
No, quieres que te pellizque?
Que?
Era una broma Al, jamás te haría daño. Ahora si no es mucha molestia podrías salir de la colcha y abrazarme?
No lo pensé dos veces, solté la colcha y lo abracé con todas mis fuerzas, por fin.. había menguado toda tormenta en mi.

Me besó la frente, levanto mi cara de su pecho y me dijo:
Deja de llorar preciosa, necesito que estés bien para yo poder estarlo
Pero era inevitable, no podía creer que me estaba abrazando, que estaba bien y que su perfume me endulzaba cada célula del cuerpo.

Leo me gustaba pero siempre se lo negaba a todo el mundo, mas a mi misma porque en el fondo yo estaba muy segura que el no sentía nada por mi mas que cariño y ganar de protegerme como a sus hermanas, jamás se iba a fijar en mi.

Al estas asfixiándome, no quiero morir en tus manos.
Cuando me dijo eso me dio mucha vergüenza y lo fui soltando lentamente, pude ver con detenimiento sus ojos, un profundo poso lleno de secretos que yo estaba dispuesta por leer; luego me detuve en sus labios que me llamaban insistentemente para robarme su aliento, lentamente fueron descubriéndose sus dientes y su sonrisa perfecta y ahí perdí.

Al, por que me miras así?, me sacudió un poco y recobre la compostura. Me había dado cuenta que necesitaba encontrarme lejos de el para darme cuenta cuanto me gustaba.

Yo... tienes una bolita ahí y estiré mi mano para sacársela (claro que no había nada pero quería disimular por completo mi estupidez), sacudí mi mano y le dije: Ya está.

Gracias Al, que atenta eres.
Para eso estamos Leo, somos amigos
Así es preciosa, siempre hemos sido amigos, siempre lo entendí
me alegro.

Y me volvió a abrazar.