martes, 9 de febrero de 2016

Dejavú XXV

Llegué al malecón y apagué el carro, salí y corrí hacia la orilla llenando mis pulmones con desesperación.

Mi yo interior rompía todo lo que encontraba a su paso, gritaba sin parar mientras que yo estaba parada en la orilla con la mirada perdida.

Todo esto, no esta bien. No tengo amigos y los que tengo casi nunca están, no vivo con mi familia por obvias razones, prefiero vivir sola, hacer mis cosas sola, mantenerme el mayor tiempo posible en silencio, pintar en compañía de mi soledad, todo estaba bien en mi burbuja y de pronto esos estúpidos sueños y luego Leo.

No creo en el sentimentalismo, ni los chocolates, ni las flores, ni los regalos mensuales, ni las cursilerías, este era mi mundo, jodido pero me gustaba y odiaba que alguien llegara como si nada a cambiar el eje de mi paz.

No soy nada de Leo, Leo no es nada mío.
No esta en la obligación de decirme a donde va, puede hacer lo que le plazca; y si no salió de viaje y ya no quiere verme?

Cobarde si hizo eso, hubiese preferido que lo dijera! Mi mente va demasiado rápido, esta lloviendo a cantaros, tengo toda la ropa mojada, el dolor de la lluvia me alivia los pensamientos, creo que es hora de volver.

Probablemente te extrañe todos los días, no se si regresarás, no se si seguirá la misma tensión entre nosotros, solo se que estando tu o no, me empujas a mis límites.

Subí al carro, mientras manejaba ponía en orden mi cabeza. Llegué al departamento, me deshice de la ropa mojada y tomé una ducha de agua caliente, lentamente mientras el agua viajaba por mi piel, volvía a tener control de mi misma.

Me puse la pijama y me acosté...
No puedo dormir, Leo sigue rondando y no se que estará haciendo... Se acordará de mi? Estará pensando en mi?...

Mi insomnio tiene nombre...

No hay comentarios: