domingo, 10 de junio de 2012

la lluvia de junio

estoy cansada de rasgar pieles de silencio desearía tanto regresar para no tener que entrar a esta carrera en modo silencioso, a pesar de tantos años todo sigue igual para mi... las complejidades de lo que dejas ir en tu vida jamás las terminas de entender, parece que el conjunto de mis voces salieron disparadas en direcciones equivocadas por eso que cada vez que tengo miedo, pasa todo lentamente sobre mi piel sin nada que pueda hacer

mis lagrimas se secaron y los dulces diamantes se fueron acumulando al tiempo le cobre su venganza y derrame su victoria en cada caida, desestime mi esfuerzo por buscar el silencio y un respiro... las lluvias de junio tragaron recuerdos y dolor cada vez mas insipidos, mas detestables y no pude hacer nada... solo pararme y recibir la lluvia con un ciento de hojas escritas, con cigarros por prender y lo ultimo que quizo sobrevivir en mi mente tan especulante...

y nunca termine el juego, cada vez que quería regresar lo que quedaba de mi corazón retenia mis pasos con tal fuerza que alguna vez rompí mis piernas; y alguna vez me quede ciega y me condene a buscar lo que mas queria en silencio y cuando sentí el calor en la punta de mis dedos, el asfalto de desquebrajó y termine sin precio, sin vida y sin consuelo.

Mi equilibrio me falló la última vez que vi luz, ahora sobran las lineas y gritos de desprecio porque alguna vez hice una tregua, la lluvia se llevó la marca de la firma que hice y parece que no fue suficiente, el autocontrol ha fallado tantas veces que la guerra de mis demonios que lidiaba en mi interior era capaz hundirme sin dejarme respirar.

y sola prendí fuego a mis adentros para calmar la sed del cuerpo, conquistar la danza eterna en donde mi desequilibrio veía como poseía el fuego a los delgados hilos de sangre y prefería estudiar en silencio todo a mi alrededor con las manos atadas no quiero ser culpable de manipular el silencio.

Sabía que al final de la danza llegaba un sacrificio y no quedaba nada mejor, y ofrecí mi desencajado corazón, vi tu sombra en aquel bosque muerto y todo en mi sucumbio. En aquel espacio abierto solo se escucho un grito desesperado, quería dejar a mi cuerpo escapar, sola quedé y todo desapareció a mi alrededor, quedaba fantasear y delirar con mis terribles visitantes que hacian una algarabia casa vez que pronunciaba tu nombre, aunque el viento me desgaste, hoy deseo descansar temprano y soñar para poder ser la amante del delirio y de tu mundo del cual pertenecí alguna vez...

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