lunes, 8 de octubre de 2012

Lejos

Veo las puertas abiertas desde tus ojos, veo el dolor que te petrifica, anhelo ver tu cuerpo vacío, quiero escucharte gritar mi nombre lentamente mientras despiertas en el infierno...
Mirame y aprende, que se siente vivir con el fuego constante, con el ardor incesante, con el alma abrazante...

Puedo ver como consume el fuego tus carnes, puedo ver como la histeria devora tu mente, puedo sentir la necesidad de tus labios, puedo ver la necesidad del regocijo en cada palabra, pero mi corazón solo desea sangre y el frío flagelante; ya no hay ni cadaver de lo que fuí, ya no lograrás traerme a la vida, ya no me devolverás la paz.

Mi  corazón es ciego, vive en la oscuridad, vive sentado en un viejo batán, secando la sangre que lleva con el, drenando la felicidad hacia la tierra, arrancando las esperanzas y quemandolas en la hoguera, mutilando sueños y escondiendolos en el desierto...

Sueño con dormir y duermo sin soñar,  pues mis sueños se cansaron de esperar...

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