sábado, 27 de marzo de 2010

Una historia de verano VIII

El tiempo se había puesto en contra mía, eso era lo que pensaba en ese momento; las respuestas que tenia para darle estaban tan claras pero tenía tanto miedo...

-Isa?... Te es tan difícil?
-No, no es eso. No quiero hacerte daño, no quiero engañarme...
- Se que no harás ninguna de esas cosas
- Porque confías en mi ciegamente?
- Fácil Isa, porque tu mas que nadie ha visto mi vida, y me ha creído desde siempre; contigo he crecido y me has enseñado a ver la vida de distinta manera...
- Ahm... creo que exageras
- No seas chistosa, no estoy bromeando. Que no te has dado cuenta que eres una pieza fundamental en mi vida, por ti tengo tantas ganas de vivir y vivir contigo.
Ahora que estoy contigo no te imaginas como estoy sintiéndome, ni siquiera encuentro las palabras exactas para describirlo exactamente...

Él miro hacia el crepúsculo, mientras que yo volvía a cerrar los ojos y me concentraba en el ...
Lo que pensaba posiblemente me asustaba, pero sentir como se sentía quito mis miedos y nuevamente el sin darse cuenta me lleno de valor...

- Nunca pensé que enamorarse era lo peor que a una persona le puede pasar, simplemente era un tema que no lograba captar mi atención, expresaba cosas hermosas, sin embargo, no quería aventurarme a algo que no conocía. Cada día que te veía era vibrante. feliz, lleno de docilidad, hasta que no te veía, era la hora del descencanto y así tuve que vivir.
Hemos pasado tanto, y con el tiempo comprendí que había conocido a una persona increíblemente maravillosa y que finalmente se quedaría conmigo, claro que por tantos motivos de deje...
-Isa, eso me duele
- Que cosa?
- Que digas " te dejé", no te imaginas cuanto me lastima el alma
- Lo siento
- No tienes porque
Durante tanto tiempo toque tu mano y me sentía segura, creo que hasta cierto punto me sentía tan orgullosa de tenerte y de haberte conocido, en ese momento ya no maldecía al destino, si no que, surgía tanto miedo y preocupación. Te he querido de tantas maneras, se me acabaron las palabras para decirte cuanto te ame y lo sigo haciendo; un eco en mi corazón de nunca acabar...
Cuando tenía problemas me sentía en una caja con los recodos más funestos que esa caja podía contener, y siempre estaba tu mano, pero a veces no era suficiente...
Un cuento se escribo con las mejores memorias y ha sido la mejor almohada que pudo escuchar mis lamentos...

Continuará

No hay comentarios: