domingo, 22 de agosto de 2010

Bailarina con Rosas muertas II

Después de trágico cuadro que tuvo que ver, después de enterrar en su sutil memoria las paredes verduscas mezcladas con la sangre por doquier... mientras intentaba respirar y solo sentía el viento helado sobre su piel, no había ventanas y solo estaba ella y la sombra infame de el sobre la pared. Entro al baño y dio una mirada rápida al lavabo, habían cigarrillos y varias navajas con algunas gotas de sangre que recorrían el pensamiento de ella, sabía que en aquellas bestias se había extinguido la vida del ser que mas amaba y ahora, estaba en el otro cuarto empezando un comienzo y terminando lentamente con la vida de la bailarina que había dejado horas atrás.

Prendió un cigarrillo y salió del baño mientras caminaba alrededor de el y del cuarto se le ocurrían ideas macabras como sueños reales que solían pasar rápidamente y alertaran a aproximarse al futuro que talvez, no sea perpetuo del todo como ella quería, como los siglos que pedía o como las ideas que venían y se iban...

Recogió algunos príncipes negros que habían quedado y los deshojo, luego los puso sobre la cama que ya la había jalado en medio de la habitación, oscura y fría como las cosas que hacia en ese momento y perdía cada instante de lo que le quedaba de vida. Decidió bajarlo y recostarlo en la cama, soltó una sonrisa, creo que se alegraba de ver una imagen, perfecta y distorsionada, lo veía durmiendo por fin, pero el ya no estaba más para verla a ella y llenarse de vida ante sus ojos. Se terminó un cigarrillo y fue al baño por otro, mientras se miraba en el espejo con tal palidez y horror se le ocurrió otra idea, ella perdida en un vértigo único busco alcohol, y que fácil fue hallarlo, buscaba algo y en esa noche difusa finalmente lo encontró. Empezó a caminar alrededor del cuarto dejando caer el alcohol y fumando fuerte cada vez más, cuando no hubo más combustible que derramar, pateo con furia la botella que fue a romperse en una esquina, la noche le había tendido trampas y ella había caído en una de ellas, lo único que tenía era lo que quedaba de ella, y su idea infinita...

Fue al baño por otro cigarrillo y se sentó en el suelo con la navaja en manos, por cada vez que vivía, por cada vez que respiraba se proponía a hacerse un corte en los brazos que hacían un contraste fenomenal, ella blanca como las nubes en un verano espectacular y la sangre roja, que parecía acunarse en las comisuras de su mano. Cuando se sentía lo suficientemente débil como para seguirse propinando mas dolor del que ya sentía, prendió otro cigarrillo salió del baño y fue a parar a una esquina donde prendió el encendedor y lo tiró... los papeles empezaron a consumirse así como las llamas a dibujar marañas de olas negras en las paredes, ella se dirigió a la cama y se acostó sobre el pecho de el, mientras la vida se le iba entre gotas de lágrimas y sangre... dijo lo siguiente:

Mi ángel guardián,
hoy te perdí
la parte mas sublime del día
será ambos entrelazados en llamas sin más
soné dormir contigo. entre tus brazos
la noche hoy, el fuego alrededor en su esplendor
y yo contigo, mis últimos respiros
ningún detalle queda, nuestra historia de mediodía
que habla del instante en la vida verdadera
siempre estuve contigo
Aun en tus sueños
ahora en tu pecho completamente pétreo
mi ultimo deseo,
verte dormido, y cuando despertarás...
me llenaría de deseos de vivir tu mirada extraviada
viví siempre en el compás de tu respiración
en tus recuerdos,
en tus labios fríos y ya no estás más
Tu perfume se fundió en estas sabanas
como mis lágrimas hoy
tendremos un viaje hoy, me amas?
si existieron mis días
siempre los usé para ti
tus dedos helados, ya no los siento sobre mi piel
tomare tu mano
como todos los viernes por las tardes
con nuestro atardecer eterno...

Mientras se consumía el cuarto, los recuerdos y la bailarina, el cuarto en llamas, yo solo veía una historia entrerrada por las leguas de fuego y lo demás, no se como nombrarlo...

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