sábado, 10 de septiembre de 2011

Deja vú Cap. VI

Cap. VI

No recuerdo cuanto tiempo lloré, no entendía lo que me estaba pasando, quería que termine y lo peor de todo es que me encontraba sola, no tenía a quien contarle sabía que se reirían o no me creerían, al menos quería a alguien para que me abrace y me diga que todo iba a estar bien.

Daba vueltas en mi cama y a pesar de haberme abrigado lo suficiente, seguía teniendo frío, miré mi teléfono y eran las 9:30am. faltaban 15min. para el inicio de mi clase y sabia que no iba a llegar, me sentía tan débil y por mas que quería no podía dejar de llorar, tenía miedo de quedarme dormida, puse mi reproductor y Debussi empezo a tocar, luego Beethoven y estaba escuchando a Richard Claiderman cuando perdí el conocimiento, estaba dormida, pero consiente de lo que pasaba a mi alrededor, decidí mantenerme así, solo quería descansar un poco de todo esto, ya estaba muy agotada como para seguirle dando vueltas al asunto.

Todo el tiempo que permanecí así intente mantener mi mente en blanco para no pasar por lo mismo y estaba logrando sentirme mejor, parecía que funcionaba.

Recuerdo haberme levantado exaltada, había sonado mi teléfono, tenía llamadas sin contestas de mis amigas de la Universidad, cancelé el aviso y miré la hora: 6.25pm. me refregué los ojos y miré de nuevo, no podía creer que había dormido tanto y sin tener esos desagradables sueños, visiones o que se yo, me sentía mas tranquila, llena de energía, así que di un buen estirón y salí de la cama, fui al baño a lavarme la cara y peinarme y luego me senté a leer otro libro, La bruja de Portobello de Paulo Coelho, volví a entretenerme, me perdí en el libro es más, cosa que no suelo hacer con muchos, pensé por un momento que esas pequeñas inversiones en estos libros había sido satisfecha por mi gusto. La danza, la forma de vida de la protagonista y la manera como defendía su ideología era muy interesante, me hizo pensar muchas cosas que tal vez no entendía, pero llegue a encontrarle una conexion a mis sueños.

Fui a prepararme algo a la cocina, mi estómago pedía comida a gritos así que prepare pasta con salsa roja, bastante sencillo y rápido y comí tranquila, imaginandome a la protagonista caminando, danzando, creando una película en mi cabeza.

Lavé los platos, terminé de limpiar y volví a sentarme en el sofá a leer, ya casi iba a terminar y un golpe en la puerta me asustó, deje el libro a un lado, me pare y me asome por la ventana y era Leo, un buen amigo, el más cercano que tenía en realidad.

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