sábado, 10 de septiembre de 2011

Deja vú VII

Cap. VII

Leo era mayor que yo por 3 años y su cumpleaños era el mismo día que el mío, el 3 de noviembre, cuando vivía con mis padres el era mi vecino sistematicamente estudiamos en los mismos colegios, hasta que me mudé a un 2do piso en un departamento y el también lo hizo, solo que vive en el edificio del costado, empezaba a creer que me perseguía o le gustaba o mis papás lo habían mandado a vigilarme, pero al fin y al cabo era la única persona a la que tenía cerca.

Leo siempre fue muy bueno conmigo, algo retraído, chapado a la antigua, tenía un vocabulario extraño, escribía poesía y escuchar música, siempre subíamos juntos a la azotea a fumar y a conversar un poco, su familia por lo contrario era muy recatada, reservada, de pequeña pensaba que su familia pertenecía a una secta o eran hechiceros o que se yo y le decía a mi mamá pero ella se enojaba mucho, decía que era una falta de respeto y que no quería escucharme decir lo mismo otra vez, eran inventos mios, típicos de la niñez.

Y bueno, no era una típica niña, leía y mucho y al hacerlo me daba cuenta rápido de las cosas y sabía que su familia era distinta a la mía, empezando por que todos tenían un símbolo de una luna y una estrella entrelazados en distintas partes, anillos, collares, tatuajes, el que Leo tenía era distinto, tenía unas inscripciones que no lograba entender, mi curiosidad me hizo preguntarle y nunca me dijo, hasta que supongo que se canso de tantas preguntas y me contó que ese tatuaje lo identificaba con algo que debía proteger, pero nunca me quiso decir que era.

Por lo que resta de sus hermanas Laura y Luana, gemelas ambas 3 años mayores que Leo ya habían egresado y casi no las veía mucho, el papá, el Sr. Lan era muy serio y reservado, solo le dirigía la palabra para saludarlo y bueno, la mama de Leo, la Sra. Luciana era muy buena, toda una ama de casa dedicada a su familia, me gustaba mucho visitarla los viernes en la tarde, puesto que sabía que había preparado algunos de sus dulces y eran riquisimos, eran una familia aparentemente normal, y aveces hasta yo me lo creía, excepto que nunca entendí porque tenían tantos libros de Astrología, Astronomía. calendarios, leyendas y otros en idiomas distintos, Leo que era un pésimo mentiroso nunca me lo supo explicar.

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