Cap. XIV
Escribí cerca de 4 hojas, acordándome de todo lo que habían dicho, quienes eran, cuantos eran y lo que me habían dicho, reflexione cada palabra cuando escribía de Leo, no quería creer pero sabía que era el, no podía equivocarme, lo conocía desde hace mucho tiempo, a demás el banderín en la flecha que había matado al jefe tenía el tatuaje de Leo y el de toda su familia, me sentía extraña, pero a la vez satisfecha conmigo misma, por que no me había equivocado, la familia de Leo era diferente.
Dieron las 8:20am, me levanté, di un buen estirón y fui a darme un baño, me cepille los dientes, me cambie, me peine, y salí en busca de Leo.
Salí, cerré la puerta tras de mi, di unos cuantos pasos y toque el timbre del departamento de Leo, no salía... derrepente se ha quedado dormido, pensé: toqué de nuevo, una, dos, tres veces y nada, no salió, me preocupe un poco y decidí tocar el timbre de Maci, la chica que vivía un piso arriba de Leo, salió por su ventana toda despeinada y dijo:
-Hola Al, que hay?
-Hola Maci, podrías hacerme un favor?
- Si, claro dime
-Podrías tocarle la puerta a Leo? Creo que se quedo dormido.
-Al, Leo no está
-Como que no está?
-Si, no está. Me amanecí estudiando y como entre las 4 y 4:30 escuche la puerta principal cerrarse, me asome y Leo iba caminando apurado, lo llamé pero no me hizo caso.
-Oh!. Ya entiendo, de todas formas gracias. me avisas si llega o me dejas una nota por favor.
-No te preocupes yo te aviso.
-Gracias Maci. Cuidate
-De nada Al.
Y cerró su ventana. Me quede parada mirando la nada, aún sin entender porque Leo no estaba y más aún me convencía el hecho de que el tenía algo que ver en todo esto. Fui a la panadería a comprar pan y otras cosas, pues aparte de la preocupación, no podía negarle a mi estómago la comida preliminar del día-.
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